El 47% de llamadas de extorsión en el país provienen de la Granja de Rehabilitación Cantel
En julio de 2019, las autoridades allanaron la Granja de Rehabilitación Cantel. Es una cárcel donde hay 2,263 internos en un espacio diseñado para 625. El allanamiento permitía buscar objetos de posesión ilícita en cualquier lugar del penal, incluyendo oficinas administrativas. Pero aquello era como buscar una aguja en un pajar, en particular en las “conejeras”, un área con filas interminables de champas, habilitada hace años cuando el edificio principal ya no se dio abasto. Encontraron 200 cargadores para teléfonos celulares, y 11 teléfonos. Los otros 189 no aparecieron.
El blanco principal de los extorsionistas en la Granja de Rehabilitación Cantel, en Quetzaltenango, son víctimas en el occidente, suroccidente y el departamento de Guatemala, según las autoridades. Las llamadas también salen de otras cárceles.
“Nos tardamos más en organizar un allanamiento que los internos en conseguir más teléfonos”, dice el Fiscal Antonio Díaz, en la Fiscalía Antiextorsiones del Ministerio Público (MP) en Quetzaltenango. Además, casi todas las semanas, la Policía Nacional Civil (PNC) hace requisas en Cantel. Las requisas, a diferencia de los allanamientos, sólo incluyen áreas específicas del penal. Hicieron una la primera semana de octubre, e incautaron más teléfonos, aunque la semana anterior habían requisado las mismas áreas.