Solidaridad y respeto, la mejor forma de reaccionar ante tragedias
Las tragedias o eventos catastróficos pueden ser motivo para mostrar el lado más humano y solidario de las personas. Estas son algunas recomendaciones para saber cómo podemos reaccionar ante una desgracia.
Ninguno se encuentra exento de algún suceso desagradable, inesperado o de algún accidente. La noche del 27 de marzo, 18 personas murieron sobre la carretera de la ruta Interamericana, en Nahualá, Sololá. Ante esta (y otras situaciones terribles) la mejor forma de reaccionar es con empatía, solidaridad y respeto.
El dolor y la pérdida ajena es, muchas veces, un detonante para las manifestaciones de empatía y solidaridad. En Guatemala y también otros países que han atravesado situaciones difíciles, sobran ejemplos para citar.
“La solidaridad es una reacción natural del ser humano ante la muerte de alguien más, ante un accidente, una tragedia o alguna situación complicada. Esto tiene que ver mucho con el nivel de empatía que ciertas situaciones despiertan en los seres humanos”, explica Adriana Gómez, terapeuta y psicóloga.
Gómez asegura que el comportamiento humano está vinculado a la sensibilidad que siente a partir de distintos momentos. “No todos lo viven en la misma medida pero como personas somos capaces de sentir como nuestro el dolor de alguien más y creo que eso es lo que nos invita a dar nuestro apoyo de alguna forma”, asegura.
Es por eso que ante distintos eventos devastadores, generalmente las comunidades reaccionan con actividades grupales como colectivas, centros de acopio, depósitos en cuentas bancarias para brindar apoyo económico, realizar homenajes a la memoria de víctimas y fallecidos, hacer pequeños rituales y ceremonias (religiosas o mayas).
El apoyo se puede dar desde distintas perspectivas: a través de apoyo monetario, con palabras y mensajes de respaldo, con gestos de solidaridad o actividades simbólicas.
¿Cómo orientar a los niños?
En general, los niños hacen preguntas sobre todo lo que sucede en su entorno. Actualmente, no son ajenos a los eventos trágicos y buscan explicaciones de parte de sus padres cuando ocurren hechos de esta magnitud.
La terapeuta Carolina Santiago comenta que, en esos casos, los adultos deben contestar las preguntas que realicen de manera directa, respetuosa, objetiva y sin generar morbo. El adulto puede saber y tener seguridad de que ha resuelto las dudas de los niños cuando el niño en cuestión pierde contacto visual y deja de preguntar, agrega.
Además, es importante educar al niño hacia una actitud de sensibilidad y respeto a la vida del otro. Los pequeños aprenden del comportamiento de sus padres y tienden a imitar, explica. Es por eso que la mejor forma de orientarlos es brindarles un buen ejemplo.
En esa línea, lo recomendable es:
- Enseñarles a manifestar su solidaridad a través de colectivas de víveres y donativos.
- Según la fe que profese en su familia, también puede orientarlos a realizar oraciones por las personas perjudicadas.
- Fomentarles el respeto hacia sus seres cercanos: amigos del colegio, familia, vecinos e incluso mascotas.
- Incentivarlos desde pequeños a ser parte de voluntariados, desde los cuales puedan desempeñar un papel más activo.